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lunes, 11 de junio de 2012

Volcán Imbabura y laguna de San Pablo

El volcán Imbabura: 4.556 metros sobre el nivel del mar
Como decía en la publicación anterior, Otavalo no es gran cosa, pero a poco más de media hora en autobús ey25 centavos de dólar, está el volcán Imbabura y la laguna de San Pablo, un lugar bien bonito al que sí que merece la pena acercarse.

El volcán Imbabura a mis espaldas
 El Imbabura está extinguido desde hace miles de años, por lo que no representa ningún peligro y, a decir verdad, no se diferencia en nada de una montaña cualquiera. Aún así, siempre hace ilusión saber que se  está ante un volcán de más de 4.500 metros de altura...

En la orilla de la laguna de San Pablo
Justo al pie del volcán está situada la laguna de San Pablo, que es bastante pequeña (unos 3 kilómetros de largo) pero que cuenta con un entorno privilegiado, rodeada por montañas bellísimas.

Los paseos en barca son uno de los atractivos de la laguna de San Pablo
En la laguna hay un área de recreo donde poder comer, echar un partido de fútbol, voley (el deporte favorito de los ecuatorianos) o simplemente tumbarse en la hierba a tomar el sol o el fresco (la diferencia de temperatura es enorme cuando de repente las nubes cubren el cielo).

Un menú corto pero típico
Precisamente en esta área de recreo pude disfrutar de una de las comidas más auténticas de mi vida: un filete de tilapia (pescado del lago) con choclo asado (maíz), patatas, arroz y lechuga en un sitio donde estaba completamente rodeado de ecuatorianos, sin ningún outro turista a la vista en muchos kilómetros a la redonda.


Comiendo en un garito de domingueros ecuatorianos
Todo esto por sólo 3 dólares bebida incluida, que no era pequeña precisamente. En Galicia me hubiesen cobrado 3 euros sól por la cerveza...

Luciendo mi gorro de humahuaqueño
En Otavalo no tuve muchas ganas de comprar nada, pero en un sitio tan auténtico como este no pude resistirme a la tentación de comrarme un gorro típico... Bueno, en realidad es típico del Perú, pero hoy en dìa no hai fronteras... El caso es que a mí me gustó y lo compré...

Jugando una pachanga con el traje tradicional
Ningún ecuatoriano llevaba un gorro coma el mío, pero sí que suelen vestir con sus trajes tradicionales, especialmente en zonas rurales como esta. Así, no fue difícil ver a alguna ecuatoriana jugando al fútbol con seu traje tradicional. Supongo que sería de reglamento...

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